Considera el testimonio del Dr. Rockwell:
"Hace 11 años, mientras aplicaba anestesia en el caso de un embarazo ectópico rasgado (a las 8 semanas de gestación), me fue entregado lo que creo era el ser humano más pequeño jamás visto. El saco embriónico estaba intacto y era transparente. Dentro del saco había un pequeño varoncito nadando muy vigorosamente en el líquido amniótico, mientras estaba sujeto a la pared por el cordón umbilical. Este pequeño humano estaba perfectamente desarrollado, con largos y afilados dedos y pies. Era casi transparente en lo que concierne a la piel, y las delicadas arterias y venas eran notorias hasta las puntas de los dedos.
"El bebé estaba vivo y nadaba por el saco aproximadamente una vez por segundo, con un estilo natural de nadador. Este pequeño ser humano no se parecía en nada a las fotografías, dibujos y modelos de "embriones" que yo había visto, ni tampoco se parecía a algunos embriones que yo he podido observar desde entonces, obviamente porque, ¡éste estaba vivo!
"Cuando se abrió el saco amniótico, el pequeño ser humano inmediatamente perdió la vida y su apariencia se volvió, lo que sabemos es la apariencia de un embrión en esta etapa de la vida (con extremidades embotadas), etc."
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