El sufrimiento precede al pensamiento y la pregunta por Dios surge de lo más profundo del dolor por la injusticia en el mundo, y del sentimiento de desamparo en el sufrimiento. Muchos son los movimientos y las luchas en los que la historia pareciera reconcentrarse: luchas por el poder, luchas de clase, conflictos raciales. Pero si se busca una categoría histórica universal adecuada, sólo se la encontrará, por detrás de todos los procesos y las luchas, en la historia del sufrimiento del mundo. Los hombres se diferencian unos de otros en lo que tienen, pero en lo que no tienen son solidarios. En los positivo los hombres se separan unos de otros, pero en lo negativo se igualan. La experiencia del sufrimiento en el mundo supera la alternativa entre la religión y el ateismo. Frente al sufrimiento en el mundo, no es posible creer en la existencia de un Dios benévolo y todopoderoso, que “todo lo rige de manera soberanamente magnifica”. Una fe que justifica la injusticia en el mundo y no lucha contra ella es inhumana. Pero, por otra parte, la protesta contra la injusticia perdería su energía si cayera en el ateismo, para el cual este mundo es todo lo que existe. El furioso espíritu del clamor contra la injusticia es empujado por el anhelo de algo totalmente distinto. Dostoievski lo representa en la figura de Iván Karamazov, de modo impresionante. Iván es el ansia irrenunciable de justicia. No hay sufrimiento consciente a causa de la injusticia sin una pasión por la justicia en el mundo, y por el juez que la garantice definitivamente. Por consiguiente, si el sufrimiento pone en tela de juicio la idea de un Dios justo, por una parte, el anhelo de justicia y de un juez que la garantice, por la otra, pone en tela de juicio el sufrimiento y lo convierte en dolor consciente. Más allá del teísmo y del ateismo, el sufrimiento, y la protesta contra el sufrimiento llevan a la cuestión de la teodicea: Si Dios es justo, ¿por qué el mal? El aguijón en la pregunta “¿por qué el sufrimiento?” es Dios. El aguijón en la pregunta por Dios es el sufrimiento.
El teísmo tradicional responde a esta doble pregunta por Dios y por el sufrimiento con la justificación de este mundo como un “mundo de Dios”; este mundo, tal como es, es un espejo de la divinidad. Hoy ya no es posible dar esa respuesta. El espejo se ha roto.
El ateismo tradicional, por su lado, priva de fundamento a la pregunta por Dios de los que sufren. “La única excusa de Dios frente al sufrimiento es que no existe” - dijo Nietzsche; pero esto en la práctica significa: Si se quita a los hombres la costumbre de preguntar por el sentido de la vida y por justicia en el mudo, muy pronto dejaran de cuestionar la existencia del mal.
¿Qué significa, en el contexto de la historia del sufrimiento del mundo, el recuerdo de la historia de la pasión de Cristo? Antes de responder a estar pregunta tenemos que conocer lo que la historia de la pasión de Cristo significa para Dios mismo, y por consiguiente lo que revela para la fe cristiana. Un Dios que reina en el cielo, en una dicha impasible, es inaceptable para los hombres que sufren. Quizá la teología cristiana tenga que retomar de una manera nueva la vieja pregunta del patripasionismo: ¿Ha sufrido Dios mismo? ¿Un Dios incapaz de sufrir… no seria también un Dios incapaz de amar, y por ello mismo más pobre que cualquier hombre que experimenta compasión? Y, por otra parte, ¿Qué puede significar un Dios sufriente para los hombres que sufren?
La teología cristiana, entonces, puede enfrentarse a los sufrimientos del mundo sin la ilusión religiosa y sin la resignación atea cuando ha mirado cara a cara la pasión de Cristo y ha reconocido al Ser divino en la muerte de Cristo. Recién cuando se ponga en claro lo que sucedió entre el Jesús que muere y su Dios y "Padre", se revelará lo que este Dios significa para los que sufren y están abandonados en esta tierra.
DESCARGA
Porque el sistema en que funciona la cultura y la tradición debe de cuestionarse. Porque las masas no tienen razón. Porque surgen filosofías que transgreden la Revelación. Nosotros somos la resistencia y defenderemos la fe que les fue dada a los que trastornaron su entorno social. Nosotros, la resistencia conquistaremos los reinos para El Reino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario