Nos ocupa esta lectura en el privilegio de la duda de mitos mexicanos y el resistir por parte nuestra a la temporada de mayor consumismo del año: las fiestas de Diciembre.
Todo parece indicar que Jesús nació 6 años antes de su supuesto nacimiento, pues los censos se llevaban a cabo cada 14 años y el último había sido en el 20 AC.
Otro elemento pagano de la navidad es el árbol, ya que como hemos visto anteriormente, muchos pueblos les rendían culto a un puñado de árboles considerados sagrados por distintos motivos. El más común, desde Grecia hasta Noruega era el roble, pero con el devenir del cristianismo se cambió el inconmovible roble por el abeto pues, según los misioneros, la forma triangular de la enramada correspondía al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Este tres mágico caló muy bien en todas partes ya que era un número venerado por muchos pueblos miles de años antes de la venida de Jesús, y de esta manera bastante singular se impuso el abeto y con el correr de los siglos el pino.
Y ya que estamos en el tema de los árboles, durante esta fecha se había convertido en una costumbre milenaria el adornarlos con piedras pintadas y telas de colores, con el doble propósito de "vestir" a los árboles que se habían quedado "desnudos" tras el otoño, esto es sin su respectivo "espíritu", y por otro lado lograr que el "espíritu" que había escapado de los árboles regresara a dar sus frutos en primavera, como efectivamente sucedía para regocijo de todos.
Otro elemento pagano es, por supuesto, Papá Noel, que en un principio se trataba del Abuelo Invierno al que los vikingos agasajaban para que fuera benévolo, y llegado el momento, partiera sin resentimiento para dar paso a la nueva vida. Una vez cristianizados y, siguiendo la costumbre vikinga, los bretones los denominaron Viejo Padre Navidad: uno de ellos se disfrazaba del personaje y con gran alegría el pueblo le ofrecía de comer y de beber en abundancia hasta su partida.
Por su parte los americanos contribuimos a la Navidad con el pavo -del que los aztecas tenían grandes criaderos- que fue introducido en Inglaterra por David Strickland, razón por la cual obtuvo el derecho a poner como centro de su escudo familiar un pavo macho. Sin embargo, durante años -confundiendo el pavo de América con la gallina de Guinea- se creyó que habían sido los turcos quienes habían introducido el pavo en Inglaterra, de ahí su nombre en inglés: turckey (turco).
Al parecer, lo único verdaderamente cristiano de la Navidad es Jesús "El Cristo", y el pesebre, que fue incorporado por San Francisco, con animales vivos y personajes disfrazados, en el año 1224, para imitar la forma en que se celebraba la Navidad en Tierra Santa. Desde esa fecha, muchas casas nobles de Europa empezaron a competir entre ellas para diseñar el mejor pesebre cada año, hasta llegar a excesos verdaderamente surrealistas. Luego, esta costumbre se trasladó a América en donde se incorporaron figurillas de alpacas, cóndores, tapires y caimanes, amén de indios pastores, ángeles negros, ídolos precolombinos, así como chamanes amazónicos o emperadores incas en sustitución de algún Rey Mago, por lo general Gaspar.
A propósito de esto último, Melchor (soberano persa), Gaspar (rey de la India) y Baltasar (jeque de Arabia), fueron "interpretados" por el ecumenismo de la Edad Media, como Melchor (europeo: a caballo), Gaspar (asiático: sobre un camello) y Baltasar (africano: a lomo de elefante) con el propósito de que "cada rey representara a una parte de la Tierra hasta entonces conocida", según señala el antropólogo Segundo Moreno.
De esta manera queda demostrado cómo la Navidad, fiesta especialmente diseñada para ser disfrutada por los niños, es una verdadera mezcolanza de tradiciones, mitos y ceremonias paganas.
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