A unos días de celebrar un aniversario mas de la reforma protestante, celebramos ese hecho con uno de los himnos que fue canción de guerra en ese entonces.
Todos sabemos que Martín Lutero (1486-1546) escribió la
letra y la música de este himno. Cuando era muchacho allá en Alemania, tenía un
corazón lleno de música, y acostumbraba cantar de puerta en puerta, como lo
hacían los estudiantes de su tiempo. "Cuando llegó a ser hombre y se puso
al frente de aquel gran movimiento de protesta contra las supersticiones,
errores e injusticias de la Iglesia Romana, hizo dos cosas que más que todas
sus obras, contribuyeron a establecer sobre firme base su obra de reforma: 1)
tradujo la Biblia al lenguaje del pueblo, y 2) escribió himnos, también en
lenguaje popular, para que se cantaran con músicas atractivas y
familiares". Lutero es el himnólogo mejor conocido del período de la
Reforma. Debemos a él la música moderna de la Iglesia, porque introdujo la
costumbre del canto congregacional.
Dijo en una ocasión: "Hay tanta necesidad de
reformar el servicio y los himnos de la iglesia como de reformar sus doctrinas
y prácticas". Amó la música y la colocó junto a la teología. También dijo:
"Sin duda, las semillas de muchas de las virtudes están en las mentes de
los que aman la música, pero los que no son conmovidos por ella, son como palos
y piedras".
"Lutero escribió el primer himno en una época en que
se sentía profundamente excitado. Dos jóvenes, monjes agustinianos, se habían
pasado a la fe reformada; en Bruselas los juzgaron y los condenaron y fueron
quemados en la estaca, siendo los primeros mártires de la nueva causa, y su
muerte fue anunciada por el heraldo de todo el país. Lutero dio rienda suelta a
sus sentimientos en un largo poema." Poco tiempo después (1528) escribió
"Castillo Fuerte es Nuestro Dios", basado en el Salmo 46. En seguida
ganó el favor del pueblo y se convirtió en el himno de batalla de la Reforma.
"Aquellas eran épocas que pusieron a prueba el alma de los hombres. Este
himno de Lutero expresa en cada una de sus palabras, los sentimientos que
agitaban su mente y su corazón". Toda Alemania lo cantaba y esto ayudó
mucho al entendimiento de la Reforma. Lutero escribió muchos himnos y publico
21 himnarios. Dos de sus amigos, Justo Jomas y Pablo Eber también escribieron
himnos en esta época. Todos estos himnos son llenos de doctrina, fuertes en sus
sentimientos, y tan sencillos que fácilmente las congregaciones pudieron
cantarlos.
Según la costumbre de entonces se cantaban himnos en las
calles. "Una noche después de la muerte de Lutero Melanchton, que estaba
expatriado con algunos amigos de su ciudad natal, oyó a una niñita que cantaba
en la calle "Castillo Fuerte es Nuestro Dios". y dijo: "Continua
cantando, no te imaginas a quienes consuelas." Sus acordes marciales
ejercieron su influjo en el gran general sueco, Gustavo Adolfo; sus soldados lo
sabían de memoria y lo cantaban con frecuencia cuando se congregaban en el
campo de batalla.
Entonaban este himno los pobres emigrantes protestantes
que marchaban al destierro, y los mártires en la hora de su muerte. Así se ha
entretejido con la historia de los tiempos de la Reforma. Ha sido traducido a
muchos idiomas y es el verdadero himno de la Iglesia Protestante en todo el
mundo. El gran poeta inglés, Coleridge, ha dicho: "Lutero hizo tanto para
la Reforma por medio de sus himnos como por medio de su traducción de la
Biblia." Se ha cumplido plenamente estas palabras de Lutero: "Es mi
propósito hacer salmos alemanes para el pueblo, es decir, himnos espirituales,
por los cuales la Palabra de Dios pueda ser cantada por ellos y así pueda vivir
en ellos". Lutero no solamente escribió la letra y la música de
"Castillo Fuerte Es Nuestro Dios"; él usó este himno. En medio de los
peligros de sus tiempos, solía dirigirse a Felipe Melanchton, diciendo
"Ven Felipe, cantemos el Salmo 46", y cantaban "Castillo
Fuerte".
En Radicalidad Y Resistencia honrarmos a quien merece honor y reconocemos la letra que trastorno los cimientos del infierno en verdadera guerra espiritual, instando a los oyentes a pelear por la Verdad.
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