miércoles, 14 de noviembre de 2012

VICTORIA EN LA GUERRA


Hace unas semanas, en nuestro devocional, oí a Dios de manera clara: "Ve a San Pedro a orar". San Pedro de los Sauces es una comunidad ganadera, de aproximadamente 15000 habitantes situada en el municipio de Tarimbaro, pueblo que se encuentra colindando por la parte norte de la ciudad de Morelia, se le considera como parte de la periferia de esta ciudad.
Obedeciendo a esa voz y sin saber específicamente porque razón debíamos orar, una mañana de domingo, junto a mi esposa, nos levantamos aun oscuro, nos abrigamos y partimos a obedecer. Caminamos por las calles, declaramos a Jesucristo como Rey en ese idolatra y religioso pueblo.
Antes de regresar a casa aproximadamente tres horas de haber iniciado, Hubo una respuesta: "Hay una persona en este pueblo que ha pedido que voltee mi mirada a este lugar, ya lo hice y ustedes son la respuesta".
Regresamos a casa platicando, la acción que llevamos a cabo y las impresiones, ya teníamos hambre y estaban nuestros pies con ampollas por caminar durante tanto tiempo. Paso el tiempo y esperábamos la siguiente instrucción.
Llego el día 31 de Octubre, fecha famosa por los rituales satánicos y nos enteramos que había toda una organización religiosa en la mencionada población: el día de muertos: los altares a los difuntos, las misas, etc.
Ya todo estaba listo, era el día 1 de Noviembre. La gente esperaba que llegaran las 7:00 de la noche, la hora de "celebrar" con desfiles y niños vestidos de "catrinas", cuando de pronto una tormenta azoto al pueblo. Las personas no pudieron salir de sus casas, los altares se empaparon, la celebración, se suspendió.
Al día siguiente la gente, aun con mirada de asombro se preguntaba y señalaba lo raro de la tormenta.
En nuestros adentros, celebramos al que es la Vida. El se había manifestado como Señor de aquella comunidad. Y eso si se debe celebrar...
Hoy, seguimos esperando la siguiente instrucción.

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