Derek Prince sugiere que dos fuerzas actúan en cada vida,
bendiciones y maldiciones. Una es benéfica, la otra perjudicial. Para gozar de
los beneficios de las bendiciones de Dios y estar protegidos contra las
maldiciones, necesitamos saber cómo actúan esas fuerzas.
Prince muestra dramáticamente que una maldición no es una superstición
medieval. El presenta experiencias de la vida real de personas que se
asombraron al descubrir que no eran víctimas de ciega casualidad, ni aun de un
mal hereditario. Más bien, el problema era una maldición que podía haberse
originado en una previa generación.
Sobre todo, Prince le enseña como reconocer una maldición
que este obrando en su vida, y le ayuda a hallar liberación y las bendiciones
de Dios.
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