martes, 8 de enero de 2013

MI EXPERIENCIA CON EL PODER DE LA CRUZ


Jesucristo no murió para ser recordado como un hecho histórico, ni para memorizar una doctrina en particular, o para seguir con la vida en el estado actual. No, Su muerte fue el hecho decisivo de Dios en su vida, conquistando el pecado de una vez y para siempre. La cruz le pide que se acerque todos los días, con el poder de transformar cada detalle de su existencia medida que comienza a ver el Calvario desde la perspectiva de Dios. El autor le asegura que mientras más avance en la lectura, más lidiará de manera radical y completa con el pecado, adoptará la verdadera unión con Cristo y experimentará la plenitud y realidad de la victoria de Él en su vida.

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