El núcleo de la Reforma durante el siglo XVI principalmente
un entendimiento diferente de la doctrina de la justificación. Para Lutero, el
problema en su mente acerca de la justificación comenzó cuando leyó Romanos
1:7, “Porque en el Evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe,
como está escrito: ‘Mas el justo por la fe vivirá’”. Su conciencia estaba tan
atribulada que Lutero comentó en este pasaje que “odiaba la frase ‘la justicia
de Dios’, que conforme a la costumbre y uso de todos los eruditos, había sido
enseñado a entender este pensamiento filosóficamente, en el sentido de la
justicia formal o activa por la que Dios es justo y castiga a los pecadores
injustos”. Mientras Lutero meditaba en este versículo, declaró que fue entonces
que “empecé a entender ‘la justicia de Dios’ como la justicia por la que el
hombre justo vive a través del regalo de Dios, es decir, por fe”. Este momento
desató la pasión de Lutero por reformar la Iglesia. La teología de Lutero nunca
volvería a ser la misma a la sostenida por la Iglesia Católica. “Desde ese
momento”, dijo Lutero, “la completa faz de la Escritura fue cambiada para mi”.
Años después, cuando Lutero meditaba en cómo su
entendimiento de las Escrituras había sido transformado por este pasaje, aquel
odio por la justicia de Dios había sido cambiado por un amor apasionado. “Y
ahora, al mismo grado en que antes odiaba ‘la justicia de Dios’, ahora he
aprendido a amar y exaltar ese verso como el más dulce de todos. Esto verso de
San Pablo fue las puertas del paraíso para mí”.
Fragmento de la Aotobiografia de Lutero.
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