¿ACASO HAN PASADO ya los gloriosos días del evangelismo, y para
siempre? ¿Nunca habrá otra vez un Wesley, un Finney, un Moody? ¿Es que las
ciudades no volverán a ser agitadas por poderosos avivamientos como en los
días pasados? ¿Es verdaderamente cierto que los días del avivamiento han
pasado ya, y que el evangelismo ha muerto? Mi respuesta es «Sí» y «No».
El otro día uno de nuestros periódicos canadienses venía con una
fotografía de D. L. Moody y un breve reportaje sobre su gran campaña en Toronto
en el Auditorio Massey en 1894. Hablaba de las enormes multitudes, de su
predicación, y de cómo agradeció públicamente a Hart A. Massey, mientras él
estaba en su palco privado, por el donativo del Auditorio Massey a la ciudad. Y
a continuación hablaba de la gran campaña de Moody como sigue:
«La historia de D.L. Moody es la de una época de evangelismo heroico
que se ha ido, quizá para no volver. Aquella época tuvo un brillo espiritual
propio. No habían radios, ni teléfonos, ni tranvías, y tampoco hasta que Moody
era ya muy viejo, lámparas eléctricas.»
En un número posterior de aquel mismo periódico, salía un relato de
las grandes reuniones de los señalados evangelistas canadienses, Crossle y
Hunter, en Ottawa, cuando Sir John A. MacDonald, el primer Ministro que hubiera
en Canadá, a continuación de un escrutador sermón del señor Hunter, se puso
sobre sus pies y profesó públicamente su fe en Cristo. Esto fue en 1889, el año
en que nací.
Poco tiempo antes de morir, el doctor Crossley asistió a algunos de
mis cultos. Hunter, con quien había viajado durante un cuarto de siglo en la
obra de evangelización, había ya dormido en el Señor. La generación actual no
le conoce. Para la mayor parte de los que están ahora activamente dedicados al
servicio cristiano, las glorias del pasado han sido olvidadas. Pero, el
contemplar al doctor Crossley, y a otros guerreros de cabellos plateados que
habían estado en el centro de la actividad evangelística, pensé en las grandes
escenas que tuvieron lugar hace más de una generación, cuando el evangelismo
estaba en su punto más candente, y me pregunté si tal cosa volvería a ser
experimentada por la generación actual o por la que venga después.
Oswald J. Smith
No hay comentarios:
Publicar un comentario