lunes, 11 de abril de 2011

PALABRAS QUE HIEREN.

Articulo de Esclarecimiento Educativo.
El diálogo en la mañana de ese viernes era amargo.

De los espectadores:
- ¡Si eres el hijo de Dios bájate de la cruz!

De los líderes religiosos:
- A otros salvó, pero a sí mismo no se puede salvar.
De los soldados:
- Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo. 
                                                   Max Lucado.



Palabras amargas. Ácido con sarcasmo. Odio. Irreverencia. ¿No era suficiente que Él estaba siendo crucificado? ¿No era suficiente que estaba siendo avergonzado como un criminal? ¿No eran suficientes los clavos? ¿Fue la corona de espinas demasiado suave? ¿Habían sido muy pobres los azotes? Para algunos, aparentemente sí.

Pedro, un escritor no dado normalmente a usar muchos verbos descriptivos, dice que quienes pasaban cerca insultos al Cristo crucificado. 1 Pedro 2:23
Ellos no sólo insultaban, hablaban o blasfemaban. piedras verbales. Tenían toda la intención de herir y lastimar.
“¡Hemos quebrantado el cuerpo, ahora rompamos el espíritu!”. De esa manera sus arcos con las flechas de su autojusticia y torturantes dardos de puro veneno.

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