Un día la sabiduría al ver lo ignorada que era tomo forma humana y dijo:
Oye, hijo mío la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre;
Porque algún día esa instrucción y esa dirección te será como un adorno, de un valor incalculable y al ver que la posees serás favorecido ante los demás.
Seguía diciendo la sabiduría en su forma humana:
Cuando los hombres vanos, simples y vacíos te quieran engañar, no lo permitas.
Es un hecho, te dirán: vente, ¿Qué haremos hoy en la noche? Sexo, licor, pasar un rato “agradable” entre amigos, paguaremos a unas mujeres para un rato de placer, hallaremos "la felicidad" que el ser humano tanto anhela.
Hijo mío –decía la sabiduría- no andes en su camino.
No sigas sus pasos,
Ellos no lo saben, pero sus pasos llevan a un resultado de dolor, aunque por unos momentos lleguen al éxtasis del placer y el “sentirse bien”.
Ellos creen que son ganadores y astutos, creen que ponen trampa como a un ave, hacen planes, buscan una víctima y están tan ensimismados en sus conquistas y triunfos hedonistas que no saben que es a su alma a la que le ponen la carnada y la que terminara en cautiverio.
Así es el caminar por la vida del que codicia, lo que sea y como se llame el objeto de su codicia.
¡La experiencia ya lo grita, pero no la escuchan! La codicia domina y quita la vida a quienes la poseen y creen que tienen suficiente auto control.
Pero yo –dice la Sabiduría- Grito en las calles, grito en las plazas, y entre las personas cultas, los catedráticos, en las universidades, con los consultores, los educadores, los líderes sociales y de opinión, y les doy mis razones, les repito una y otra vez porque me deben buscar. Pero con tristeza me doy cuenta que su arrogancia confunde ses conceptos. Miro sus títulos académicos y sus logros y piensan que ellos son sinónimo de sabiduría. ¡Que equivocación!
¿Hasta cuándo el simple y vacío se ocupara en principios para la eternidad, hasta cuando el burlador seguirá burlándose de lo correcto, al no aplicar en su vivir lo que es bueno y desechar lo nocivo para la vida, porque se cree a sí mismo de mente abierta, y hasta cuando la insensatez reinara en cualquiera?
Regresen a mi reprensión, el que regrese y me escuche, será SABIO.
Pero si alguien me escucha gritar y no atiende mi clamor –decía la Sabiduría- me reiré cuando venga la calamidad que se puede evitar si hoy buscan ser sabios.
Me burlare cuando los alcance a lo que le temen, cuando se mueran de angustia, estrés, preocupación, cuando no vean salida a sus problemas, entonces les recordare como me despreciaron y como humillaron mi palabra.
Una cosa es segura, todo lo que teme el hombre le llegara, lo que le angustia hoy le atormentara el día de mañana, y todo por despreciar la sabiduría.
Me buscaran, no me hallaran, me llamaran, no responderé, será tarde, porque los problemas se previenen, no se busca la cura cuando ya esta la enfermedad, el ser humano debe curarse en salud.
La persona que me desprecio –decía la Sabiduría- Comerá del fruto de su hedonismo, su humanismo, su orgullo, arrogancia, sus conquistas, aventuras sexuales, experiencias en robos, borracheras, lascivias y serán saciados de sus conceptos instintivos de vida. Serán saciados de tal manera, de su vivir que aborrecerán su deleite instintivo, sus parafilias, sus pasatiempos, sus deleites.
Pero el que me oiga ahora mismo, vivirá confiado del futuro, vivirá tranquilo, sin temor al mal y porque me escucho SERA SABIO.
Prov. 1: 8-33 (parafraseado por el administrador del blog)
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