El testimonio de la iglesia cristiana es más efectivo cuando se declara en lugar de explicarlo, porque el evangelio apela a la fe y no a la razón. Lo que puede ser aprobado no necesita fe para ser aceptado, y la fe descansa en el carácter de Dios, no en las demostraciones de un laboratorio o de la lógica.
La cruz se yergue en abierta oposición al hombre natural. Su filosofía es contraria a los procesos de la mente no regenerada, de tal manera que Pablo pudo decir lisa y llanamente que el mensaje de la cruz es locura para los que se pierden. Tratar de encontrar un punto común entre el mensaje de la cruz y la razón del hombre caído sólo puede resultar en una razón empeorada, una cruz carente de significado y un cristianismo sin poder.
A. W. Tozer
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