jueves, 15 de septiembre de 2011

Narrando de martires y de Vencedores

Los Martires Escilitanos


Julio 17, 180 DC
Los Cristianos fueron llevados a juicio en Scili, al Noreste del África. Cuando Claudio era cónsul en Cartago, las siguientes personas fueron halladas en el tribunal: Esperato, Nartzalo, Citino, Veturio, Félix, Aquilino, Latancio, Januaria, Generosa, Donata, Secunda, y Vestia (siete mujeres y cinco hombres).

El procónsul Saturnino dijo: “Pueden obtener el perdón de nuestro Señor el Emperador si entran en razón“.
Esperato: “No hemos hecho ningún mal; no nos hemos entregado a nada erroneo. No hemos hablado maldades, y cuando nos han tratado mal, hemos dado gracias; pues pagamos nuestro tributo a César“.
Saturnino: “Nosotros también somos religiosos, y nuestra religión es simple. Juramos por el poder de nuestro Señor el Emperador, y oramos por su bienestar, como deberían hacerlo ustedes“.
Esperato: “Si se dignara a escucharme, yo le podría decir la verdad acerca de la simplicidad“.
Saturnino: “No te escucharé cuando empieces a hablar en contra de nuestros ritos sagrados. Por el contrario, jura por el poder de nuestro Señor el Emperador“.
Esperato: “No venero ningún Imperio en este mundo, sino que sirvo a ese Dios ‘quien hombre no ha visto, ni puede ser visto‘. No he cometido robo, sino que he pagado todo lo que compro con impuestos, porque reconozco a mi Señor, el Rey de Reyes, y el Emperador de todas las naciones“.
Saturnino (a todos los acusados): “Déjense de estas persuasiones“.
Esperato: “Dejar esta persuasión es ser falsos testigos“.
Saturnino (ignorando a Esperato, se dirige a los demás): “¡No sean partícipes de este disparate!“
Citino: “No tenemos a nadie a quien temer, excepto a nuestro Señor Dios, quien está en el cielo“.
Donata: “Honramos a César como César, pero es a Dios a quien tememos“.
Vestia: “Soy Cristiana“.
Secunda: “Lo que soy, es lo que deseo ser“.
Saturnino (a Esperato): “¿Persistes en ser Cristiano?“
Esperato: “Soy Cristiano“ (y todos estuvieron de acuerdo con él).
Saturnino: “¿Quieren tiempo para reconsiderar?“
Esperato: “En un asunto tan claro, no hace falta tiempo para reconsiderar“.
Saturnino: “¿Qué son esas cosas que cargas en tu bolso?“
Esperato: “Libros y cartas de Pablo, un hombre justo“.
Saturnino: “Se te conceden treinta días de gracia para reconsiderar“.
Esperato: “Soy Cristiano“ (y todos estuvieron de acuerdo con él).
Entonces Saturnino el procónsul leyó su decisión escrita en una tabla: “Dado que Esperato, Nartzalo, Citino, Donata, Vestia, Secunda, y los otros han confesado que ellos viven de acuerdo al rito Cristiano; y dado que se les ha ofrecido una oportunidad para volver a las costumbres de los Romanos, y han persistido; es determinado que pasen por la espada“.
Esperato: “Damos gracias a Dios“.
Nartzalo: “Hoy somos mártires en el cielo; gracias a Dios“
Saturnino el procónsul ordenó que lo siguiente fuera declarado por el heraldo:
“Esperato, Nartzalo, Citino, Veturio, Félix, Aquilino, Latancio, Januaria, Generosa, Vestia, Donata, Secunda, he ordenado que sean ejecutados“.
Ellos dijeron: “Alabado sea Dios“. Inmediatamente fueron ejecutados por el nombre de Cristo .

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