domingo, 30 de octubre de 2011

ANIVERSARIO DE LA REFORMA PROTESTANTE





30.10.1517. Era una noche fría en Wittenberg, Alemania. «Martín Lutero juntó su martillo, sus clavos y sus tesis, oró por valor y se fue a dormir» 1

Estaba esperando este día. No me toma mucho tiempo emocionarme cuando pienso en lo que celebramos hoy, -31 de Octubre. No pretendo insultar su inteligencia cuando digo que no me estoy refiriendo a Halloween. Coincide que junto con ésta celebración pagana, los cristianos festejamos y nos gozamos en el Día de la Reforma.
La mera mención de la Reforma Protestante evoca pasión 492 años después de que Martín Lutero clavó sus 95 tesis en la puerta de la iglesia en Wittenburg, Alemania. Las "tesis de Lutero" -como son mejor conocidas- comienzan con un llamado al arrepentimiento personal en la vida de cada creyente verdadero para culminar con una declaración de seguridad que planta a los creyentes en el pleno conocimiento de que es necesario que entremos en el reino de Dios "a través de muchas tribulaciones".
Martín Lutero ha sido un personaje controversial a lo largo de la historia. Algunas personas, en su mayoría católicos, aun lo consideran un "monje loco" cuyo anhelo solo era atraer atención a sí mismo y destruir la única y verdadera iglesia de Jesucristo. Algunos alemanes lo veneran como el "Padre de la nación" por sus múltiples contribuciones teológicas. Otros protestantes lo consideran el "Padre de la Reforma" precisamente por que un día como hoy, tuvo el valor de proclamar el regreso a las bases esenciales del cristianismo que habían sido completamente olvidadas, siendo reemplazadas por religiosidad hueca.
El descubrimiento teológico que tuvo mayor peso en la vida de Lutero fue la Justificación por fe. Siendo influenciado poderosamente por la carta de Pablo a los Romanos, Lutero no dudó en escribir: "la justicia de Dios es revelada por el Evangelio, una justicia pasiva por la cual el Dios misericordioso nos justifica por fe, como está escrito: «El justo por la fe vivirá». Aquí entendí que había nacido de nuevo y que había entrado en el mismo paraíso a través de puertas abiertas". El entendimiento que tenía Lutero de las Escrituras le consiguió muchos enemigos dentro del círculo de sus contemporáneos católicos, entre ellos a Erasmo -con quien tuvo debates escritos en varias ocasiones-. 

En el juicio llevado a cabo en la ciudad de Worms ante las autoridades católicas y el emperador alemán, Lutero fue acorralado cuando le preguntaron si estaba dispuesto a retractar y abandonar sus tesis y libros. Solo necesitaba una palabra para quedar libre;Revoco. Fue en ese momento cuando declaró su famosa frase por la que muchos creyentes le recordamos:
"A menos de que esté convencido por el testimonio de la Santa Escritura o una razón evidente (por cuanto no creo ni en el Papa ni en los concilios, ya que se ha establecido que ellos han errado con frecuencia y se han contradicho), estoy saturado por las Escrituras que me han aducido, y mi conciencia ha sido tomada cautiva por la Palabra de Dios, y no soy capaz ni deseo retractarme, porque no es seguro ni correcto actuar en contra de la conciencia. Dios me ayude. Amén".


Lutero era un hombre simple; un hombre pecador con un gran Dios. Un hombre que tenía un concepto de sí no mas alto del que debería de tener y un concepto de un Dios infinito y santo. Martín fue un instrumento de honra al discernir las verdades fundamentales de la Biblia y tener la valentía al punto de arriesgar su vida por el Evangelio. Su confianza completa en Dios le llevó a desatar verdades muy valiosas. Su fe estaba anclada en la autoridad soberana de la Biblia cuando dijo "Aquí estoy, no puedo obrar de otra manera, ampáreme Dios, Amén". 
Hoy celebramos las grandes doctrinas redescubiertas por Lutero -solo gracia por solo fe en solo Cristo para la gloria de Dios solamente- mejor conocidas como las 5 Solas. Éstas son el fundamento de la Reforma que hoy, 31 de Octubre del 2009, traen lágrimas de gozo a muchos creyentes. Y lo mejor de todo es que a pesar del mérito de la vida valerosa y piadosa de Lutero, no había cupo para la gloria propia; "yo no hice nada. La Palabra lo hizo todo".


Tomado de http://www.theolo-gian.com

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