viernes, 11 de noviembre de 2011

LA EQUIVOCACIÓN IGNORADA DE LAS DENOMINACIONES

En las reuniones de oración interdenominacionales, siempre se habla que uno de los factores de recesión espiritual se lo debemos al denominacionalismo. En otras palabras, que cada denominación, movimiento o cobertura espiritual, trabaja para la edificación de su propio "reino". Lo anterior es dicho sobre todo por aquellos que no pertenecen a ninguna cobertura denominacional y se auto-nombran "apóstoles o profetas"  u otros nombres de alta "jerarquía espiritual", y que ignoramos, si por convicción o por una rebeldía inconsciente y "madura", que son parte del mismo conflicto y que a final de cuentas sigue siendo lo mismo.
Esto repercute al nivel personal de entendimiento de lo que es la misión de la iglesia y su funcionalidad. Por ejemplo, se escucha y muy a menudo en las congregaciones locales que "son el cuerpo de Cristo." Y no están equivocado, pero tampoco están del todo en lo correcto.
Las congregaciones locales pensamos que somos "la iglesia", y que si un miembro local falta, cambia de lugar de reunión de residencia o de ciudad, el cuerpo esta mutilado, dando a entender que el cuerpo de Cristo es la congregación local. Nada mas falto de percepción correcta de la iglesia que enseñar lo anterior.
Los ministerios, las denominaciones, las coberturas enfatizan en ciertas manifestaciones de dones mas que otras, "ignorando que ignoran" que ellos no son el todo, ni sus dones, sino solo una minúscula parte, no un miembro, apenas una "célula" del Cuerpo, y que asi como enseñamos y predicamos de la manifestacion del don que se nos dio como si fuera lo único que nuestra gente debe escuchar. Por ejemplo: Los educadores cristianos, de la importancia de la educación cristiana, los evangelistas del evangelismo, los "salmistas" de la importancia de cantar, algunos la glosolalia, otros el bautismo, otros la guerra espiritual, la adoración, algunos el nombre de Jesús, y de esa manera un largo etcétera.


Entonces allí se aplica, el enseñar que, nos necesitamos, todos en conjunto, de toda raza, pueblo, tribu, lengua y nación somos la iglesia, el cuerpo de Cristo. El énfasis desmedido por parte de algún ministerio denominacional, ¿No sera este ese "miembro" (no cuerpo) que necesitamos para movernos de modo funcional? Habría que cuestionar esto. Si tuviéramos esa idea, quizá no trabajaríamos tanto para nuestro reino y nos desgataríamos con pleno gozo en el Suyo.


Para reflexionar: Tomas Aguilar Piceno.

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