Esa dilucidación filosófica de la fe en Dios deberá desarrollarse sobre el trasfondo de unas formas generales de fe, que en principio todavía no son específicamente cristianas, pero que — según yo lo veo — las supone la fe cristiana.
Tales formas más generales de fe son las siguientes: ante todo aquella que se puede llamar fe «constitutiva de la existencia», porque es la que principalísi- mamente hace posible la misma existencia humana. Y en tanto que fe posibilitadora de toda existencia, hay que denominarla también fe transcendental. En un análisis más detenido veremos que esa fe transcendental es una fe religiosa implícita. En consecuencia, habrá que demostrar después cómo esa fe implícita puede conducir a una fe explícita en Dios. Pero, además, habrá que aclarar, de nuevo sobre una base general, lo que significa el hecho de que nosotros los hombres otorguemos en muchos casos fe a nuestros semejantes.
Para los que aman la filosofía.
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