En días pasados platique con un par de pastoras. Dos mujeres valientes que se esmeran por predicar a Jesucristo y por trabajar con lealtad bajo su cobertura denominacional. En su dialogo, olvidaron que su servidor era ajeno a los conflictos y externaron sus pesares y cargas por "sujetarse" a sus lideres y lo que estos disponian. Después hablaron de las virtudes y talentos de aquellos que ya habían "ventaneado".
Cualquier "fan" de la psicología entendería aquel dialogo y sus antítesis como el consciente tratando de aceptar lo que el inconscientemente rechaza.
Entre muchos comentarios resalto uno que llamo mi atención: "Todo es asunto de darles por su lado y de 'torearlos' o 'capotearlos'".
La tercera persona en el dialogo, es decir, yo, calle al escucharlas decir eso. Y apele a mi idea de un líder espiritual, sea cobertura, elegido por una asamblea o como en la actualidad se hace con un "autonombramiento" de apóstol (aunque dudemos de este ultimo) al pensar que:
Cuando terminaron su platica, solo las mire y la pregunta mas elemental, profunda y sincera, como la que realiza un niño de 4 años: "¿Y que hacen allí?" Su respuesta fue breve "porque tu eres mas rebelde que yo".
Hoy quise plasmar esta reflexión en este espacio y preguntar: ¿Sera? porque creemos firmemente que:
Creemos que en estos difíciles tiempos el ministerio necesita con urgencia un mentor espiritual que sea "espiritual" (aunque suene como barbarismo), no sindical ni intelectual. La necesidad es apremiante. La soledad en el ministerio aplasta. La responsabilidad del liderazgo no se puede esquivar.
Desde esta trinchera, hacemos un llamado a todos los ministros y creyentes en el exilio. Sabemos el dolor de la soledad, conocemos la mecánica de la lealtad a los ideales del ministerio en contra de la conveniencia de algunos lideres.
Y conocemos lo que es servir al Rey con amor, pasión y pureza de motivos, en soledad, y sin recursos. Seguiremos haciéndolo y dando nuestra vida al Reino y amistad y oraciones a quien fue golpeado, estigmatizado y a quienes se les "quebró como caña cascada".
Cualquier "fan" de la psicología entendería aquel dialogo y sus antítesis como el consciente tratando de aceptar lo que el inconscientemente rechaza.
Entre muchos comentarios resalto uno que llamo mi atención: "Todo es asunto de darles por su lado y de 'torearlos' o 'capotearlos'".
La tercera persona en el dialogo, es decir, yo, calle al escucharlas decir eso. Y apele a mi idea de un líder espiritual, sea cobertura, elegido por una asamblea o como en la actualidad se hace con un "autonombramiento" de apóstol (aunque dudemos de este ultimo) al pensar que:
- A un líder espiritual no se le debe 'capotear' se le debe sujetar con amor.
- Un líder espiritual no debe despertar actitudes de confrontación o de defensas protectivas inconscientes.
- Tampoco es sano que lo engañen haciéndole creer que le hacen caso (eso es mentira) o dándole por su lado.
- Un líder espiritual debe despertar confianza, amor, respeto, apoyo, etc.
Cuando terminaron su platica, solo las mire y la pregunta mas elemental, profunda y sincera, como la que realiza un niño de 4 años: "¿Y que hacen allí?" Su respuesta fue breve "porque tu eres mas rebelde que yo".
Hoy quise plasmar esta reflexión en este espacio y preguntar: ¿Sera? porque creemos firmemente que:
- El ministerio son ideales de lucha espiritual.
- Es honestidad en la identidad del llamado.
- Es respeto a la investidura de quien nos da su mentoria espiritual.
- Es honrar el ministerio personal y el de los consiervos.
Creemos que en estos difíciles tiempos el ministerio necesita con urgencia un mentor espiritual que sea "espiritual" (aunque suene como barbarismo), no sindical ni intelectual. La necesidad es apremiante. La soledad en el ministerio aplasta. La responsabilidad del liderazgo no se puede esquivar.
Desde esta trinchera, hacemos un llamado a todos los ministros y creyentes en el exilio. Sabemos el dolor de la soledad, conocemos la mecánica de la lealtad a los ideales del ministerio en contra de la conveniencia de algunos lideres.
Y conocemos lo que es servir al Rey con amor, pasión y pureza de motivos, en soledad, y sin recursos. Seguiremos haciéndolo y dando nuestra vida al Reino y amistad y oraciones a quien fue golpeado, estigmatizado y a quienes se les "quebró como caña cascada".
Con Amor y respeto para servir al Rey y al reino
Tomas Aguilar Piceno
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