domingo, 8 de mayo de 2011

¿HA PASADO AMÉRICA EL PUNTO DE NO RETORNO?

En un sermón pronunciado en 1989 en la Iglesia Times Square en Nueva York, el Pastor David Wilkerson electrizó a su audiencia con la proclamación que América ha pasado el punto de no retorno en su rebelión contra Dios y ha sido destinada, por lo tanto, por Dios para su juicio final. El empezó su sermón con las siguientes palabras:“¡América está muriendo! La herida del país es incurable. Ahora se encuentra en la agonía final de una enfermedad terminal. ¡El gran imperio está desmoronándose!”
EL MENSAJE RESUMIDO
  • Los puntos cruciales hechos por Wilkerson en esta declaración profética históricas fueron los siguientes:
    1. América es una nación pecaminosa que actualmente está experimentando el juicio de Dios.
  • 2. Dios ha levantado muchas voces proféticas para llamar a América al arrepentimiento y para advertir que la continuada rebelión conducirá a la condenación.
  • 3. América ha rechazado escuchar a estos profetas. Por el contrario, la nación se ha endurecido en su rebelión contra Dios.
  • 4. El resultado es que América ha pasado el punto de no retorno, el punto de “liberación del pavor”, cuando Dios lleva a una nación del juicio a la destrucción.
  • 5. Y, de este modo, la ira de Dios está a punto de caer sobre esta nación, muy probablemente en la forma de un colapso económico del cual no habrá ninguna recuperación.
UNA NACIÓN BURLADORA
Es un mensaje siniestro de verdad contra el que los americanos, incluso los cristianos, se rebelarán. La comunidad cristiana lo rechazará porque ha comprometido sus valores con el mundo, se ha envuelto a sí misma con la bandera del patriotismo y se ha engañado a sí misma con su evangelio Pollyanna de salud, riqueza y prosperidad. Cuando Dios envió profetas a Israel y Judá, llamándolas al arrepentimiento, las personas se burlaron de los profetas. “Somos el Pueblo Escogido de Dios”, les recordaron a los profetas. “Dios nunca permitirá que nuestra nación sea destruida” (Vea Jer. 5:12-13 y Miq. 3:11).
Durante los pasados treinta años, Dios ha estado levantando voces proféticas como David Wilkerson llamando al arrepentimiento a este país. Hemos reaccionado en la misma forma que los antiguos israelitas. Nos hemos burlado de los profetas, al recordarles arrogantemente que somos una “nación cristiana”.
UNA NACIÓN BAJO JUICIO
Pero la verdad es que lo menos que somos es una nación cristiana. Nuestro comportamiento como nación es una burla al Cristianismo. Encabezamos al mundo en cada abominación conocida por el hombre – aborto, alcoholismo, adicción a las drogas, juegos de azar, divorcio, abuso infantil, crímenes violentos, pornografía, y sí, incluso pornografía infantil. Peor aun, exportamos nuestra violencia e inmoralidad hacia otros países a través de nuestras películas y programas de televisión sórdidos. Nos hemos convertido en el contaminante moral del planeta tierra.
Y estamos sembrando lo que hemos cosechado. El juicio de Dios está sobre esta nación. Lea Dt. 28:15-48. Las maldiciones de una nación bajo juicio están enumeradas aquí. El pasaje se lee como una descripción detallada de las ciudades de la sociedad americana en caos, juventud en cautiverio, gobierno en confusión, una política exterior en retirada, enfermedad rampante, divorcio epidémico, calamidad agrícola y dominación extranjera en aumento.
UNA NACIÓN EN REBELIÓN
Sin embargo, a pesar de estos juicios, nos hemos rehusado a arrepentirnos. De hecho, nos hemos endurecido en nuestra rebelión contra Dios. En nuestras escuelas hemos abolido la oración, removido los Diez Mandamientos y prohibido la distribución de Biblias. Hemos aterrorizado a nuestros maestros al hacerles creer que perderán sus empleos si mencionan a Dios a sus estudiantes. Incluso hemos ordenado la enseñanza de la evolución ateísta y hemos prohibido la verdad del creacionismo. Estamos en el proceso de legalizar e incluso promover la sodomía. Estamos entregando condones y agujas a nuestra juventud. Nos estamos quitando de nuestro camino para proteger cada expresión de profanidad y obscenidad. Nuestros gobiernos estatales están promoviendo la inmoralidad al promover el juego en cada forma imaginable. Y nuestros artistas están revolcándose en la blasfemia, al usar cada forma de expresión artística para burlar y ridiculizar a Dios. América se está burlando de Dios. La Corte Suprema está en rebelión contra Dios. Nuestro Congreso se ha endurecido contra Dios. Nuestro sistema educativo ha excluido a Dios.
UNA NACIÓN ENFRENTANDO IRA
Lo escalofriante acerca de nuestro comportamiento como nación es que la Biblia enseña que cuando una nación bajo juicio rehúsa arrepentirse, finalmente alcanzará un punto en el que Dios la llevará del juicio a la ira y de disciplina a condenación. La Biblia además enseña que cuando este terrible punto de liberación de espanto es alcanzado, ¡la nación no puede salvarse ni siquiera por la oración de los justos! Lea Ez. 14:12-20. Yo llamo esto el “Principio Nahum” porque está tan claramente enseñado en el mensaje profético que Dios le dio a Nahum para que pronunciara sobre Nínive, la capital del imperio asirio. Nahum pronunció que las heridas de la nación se habían vuelto “incurables” (Nah. 3:19). Jeremías usó esta misma terminología cuando luego pronunció la condenación de Dios sobre Judá (Jer. 10:19; 30:12). Nahum identifica el punto de no retorno en el capítulo 1, versículo 11. Dice que ocurre cuando la apatía de una nación hacia Dios o su rebelión contra Dios es transformada en guerra contra Dios. En otras palabras, una cosa es que una nación ignorar a Dios y otra que se rebele contra Dios. Estas acciones provocarán el juicio de Dios. Pero cuando una nación hace guerra contra Dios, esa nación atrae la ira de Dios y sella así su condenación. ¿Ha América alcanzado ese punto? David Wilkerson, el Jeremías de Dios para nuestra época, dice que sí. Creo que Wilkerson ha acertado en el blanco.
¿Cómo será manifestada la ira de Dios hacia nosotros? Inicialmente, es muy probable que venga en la forma de un colapso económico del que no habrá ninguna esperanza de recuperación. Finalmente, es muy probable que sea consumado en nuestra destrucción por medio de armas nucleares.
Mientras enfrentamos las consecuencias de nuestra guerra contra Dios, aquellos de nosotros que somos cristianos hagámoslo con esperanza en nuestros corazones, recordando las palabras de Nahum1:7 – “Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en El confían”.

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