sábado, 18 de junio de 2011

Somos una generación de EXITOSOS

Hoy día los creyentes somos EXITOSOS.

Se cuenta con mega iglesias

Nuestras predicaciones llegan a escalas mundiales.

La popularidad de los pastores compite con los lideres sociales, artistas y políticos.

Nuestros cantantes llevan las composiciones al éxito.

Se lee y escucha con frecuencia:
Éxito de Librería...

Canta sus éxitos...

El exitoso pastor...

La exitosa congregación...

Las figuras publicas que experimentaron la "conversión" viven una vida "integra" muy rara... la desconocíamos hace años, les llamábamos mundanos, "sancochados", tibios (ni frió ni, caliente), etc. pero son exitosos.

Pastores de influencia con graves problemas sexuales evidenciados en los diarios.

¡Y con nosotros el antropocentrismo!


Estoy confundido.

 Quien de nosotros no quisiera tener la capacidad oratoria o financiera para pagar la transmisión de programas que se centren en nuestro ministerio, o el poder dedicar tiempo a la escritura y la edición de infinidad de títulos literarios. ¡Que bien por quien lo ha logrado!
! Que mal por quien equivoca la motivación!
 Figuras tan publicas que, cuando sucede un desliz todo mundo lo sabe.
 ¡Que pena!
 Ni que decir de aquellas mega congregaciones que olvidaron el fundamento neo testamentario:

  • Santidad.
  • Salvación del pecado, hoy día el trabajo lo hace el grupo de psicólogos de la congregación.
  •  La fidelidad en lo sexual, económico, en testimonio, etc.
  • El poder del bautismo en el Espíritu Santo como herramienta en manos del Todopoderoso.
  • El evangelismo casa por casa, evidenciando el pecado y anunciando una condenación eterna por rechazar a Cristo.
  • No sabíamos de estudios de mercado para darle a la congregación lo que "ellos quieren".
  • El rapto de la Iglesia, la gran tribulación y la segunda venida de Cristo.

Difícil, muy difícil; penoso hasta la humillación; Por un lado, la influencia espiritual, por el otro, una cultura y educación humanista, y si a esto añadimos la sed y hambre del ser humano de poder y reconocimiento, y  aparte lideres espirituales con liderazgo enfermo, porque ellos, en su autoestima aun están enfermos como consecuencia del pecado, y finalmente el demostrarle a medio mundo que ¡yo puedo y soy un triunfador!

Cuidado, el creyente de hoy, no tiene hambre de Cristo. 
Tiene hambre de Éxito...



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