Un artículo publicado en Journal of Medical Ethics ha desatado la polémica al defender el aborto después del nacimiento, "moralmente equiparable" al que se practica en el seno materno.
A pesar del revuelo, la revista se ha reafirmado en su decisión de publicarlo. El artículo fue escrito por Alberto Giublini, doctor en Filosofía y Bioética por la Universidad de Milán y Francesca Minerva, doctora en Filosofía por la Universidad de Bolonia. Se publicó en la edición del 22 de frebrero, y fue remitido desde la Universidad de Melbourne (Asutralia).
El artículo en cuestión viene a justificar el aborto tras el nacimiento señalando que si el niño ya nacido presenta malformaciones o enfermedades que acarreen situaciones de estrés para su familia, estaría igual de justificada su muerte que si se hace antes de que haya nacido. "El aborto después del nacimiento (matar a un recién nacido) debería estar permitido en todos los casos en los que lo está el aborto, incluidos aquellos en los que el recién nacido no es viable".
Los autores, dos doctores en Filosofía, señalan que durante el parto el bebé puede padecer sufrimiento fetal que acarree graves lesiones en el futuro. O puede nacer un niño con síndrome de Down que no fuera detectado durante el embarazo. O puede ser que, incluso sano, nazca en el seno de una familia que no le vaya a asegurar el bienestar y que su muerte se considere lo mejor para él. En todos estos casos, sería, según los autores, perfectamente legítimo el aborto posparto.
Y esto se justifica en base a tres cuestiones que señalan en su artículo: los fetos y los recién nacidos no tienen el mismo estatus moral que las personas; el que ambos sean personas en potencia es moralmente irrelevante; la adopción no es siempre la mejor opción.
Dicen que no es eutanasia y tampoco infanticidio. Giublini y Minerva diferencia el aborto posparto del infanticidio alegando que este último se produce contra niños-persona. Precisamente, se trata de "hacer hincapié en que el estado moral del individuo asesinado es comparable al de un feto y no al de un niño". Asimismo, tampoco es eutanasia, ya que "lo que más le inetresa a la persona que muere no es necesariamente el principal criterio" para llevar a cabo el aborto posparto, "al contrario de lo que pasa con la eutanasia".
En cuanto al asunto de la adopción, los autores no lo tienen en cuenta ya que consideran que puede pasar que el dolor de una madre sea mayor en el caso de dar a su hijo en adopción que en el caso de muerte (en este última, pueden aceptar lo irreversible de la pérdida; en el primero, puede ser que no). Es decir, "el aborto posparto sería una opción admitida en aquellos casos en los que las mujeres sufrieran daños por el hecho de darlo en adopción".
A pesar del revuelo, la revista se ha reafirmado en su decisión de publicarlo. El artículo fue escrito por Alberto Giublini, doctor en Filosofía y Bioética por la Universidad de Milán y Francesca Minerva, doctora en Filosofía por la Universidad de Bolonia. Se publicó en la edición del 22 de frebrero, y fue remitido desde la Universidad de Melbourne (Asutralia).
El artículo en cuestión viene a justificar el aborto tras el nacimiento señalando que si el niño ya nacido presenta malformaciones o enfermedades que acarreen situaciones de estrés para su familia, estaría igual de justificada su muerte que si se hace antes de que haya nacido. "El aborto después del nacimiento (matar a un recién nacido) debería estar permitido en todos los casos en los que lo está el aborto, incluidos aquellos en los que el recién nacido no es viable".
Los autores, dos doctores en Filosofía, señalan que durante el parto el bebé puede padecer sufrimiento fetal que acarree graves lesiones en el futuro. O puede nacer un niño con síndrome de Down que no fuera detectado durante el embarazo. O puede ser que, incluso sano, nazca en el seno de una familia que no le vaya a asegurar el bienestar y que su muerte se considere lo mejor para él. En todos estos casos, sería, según los autores, perfectamente legítimo el aborto posparto.
Y esto se justifica en base a tres cuestiones que señalan en su artículo: los fetos y los recién nacidos no tienen el mismo estatus moral que las personas; el que ambos sean personas en potencia es moralmente irrelevante; la adopción no es siempre la mejor opción.
Dicen que no es eutanasia y tampoco infanticidio. Giublini y Minerva diferencia el aborto posparto del infanticidio alegando que este último se produce contra niños-persona. Precisamente, se trata de "hacer hincapié en que el estado moral del individuo asesinado es comparable al de un feto y no al de un niño". Asimismo, tampoco es eutanasia, ya que "lo que más le inetresa a la persona que muere no es necesariamente el principal criterio" para llevar a cabo el aborto posparto, "al contrario de lo que pasa con la eutanasia".
En cuanto al asunto de la adopción, los autores no lo tienen en cuenta ya que consideran que puede pasar que el dolor de una madre sea mayor en el caso de dar a su hijo en adopción que en el caso de muerte (en este última, pueden aceptar lo irreversible de la pérdida; en el primero, puede ser que no). Es decir, "el aborto posparto sería una opción admitida en aquellos casos en los que las mujeres sufrieran daños por el hecho de darlo en adopción".
Los comentarios y reacciones no se hicieron esperar. Tanto, que el director de la publicación, Julian Savulescu, ha afirmado que los autores han recibido amenazas de muerte y contra su integridad personal.
Así, algunos de los comentarios que reproduce la defensa de la revista son "no creo haber oído jamás algo tan vil como lo que estas personas están defendiendo. De verdad que da miedo" o "tengo que decir que, personalmente, mataría a cualquiera que realice un aborto después del nacimiento, si tuviera la oportunidad. ¿Queda suficientemente claro?". El director asegura que los argumentos que defiende el artículo no son nuevos: "Ya se han presentado en varias ocaciones en foros y literatura por los filósofos y expertos en bioética más importantes, entre ellos Peter Singer, que defienden lo que ellos mismos llaman infanticidio".
E indica que la novedad de este artículo no es tanto la defensa del infanticio como la perpectiva desde la que se aplicaría: la de la madre y la familia. "La revista está abierta a respuestas razonadas y coherentes al aborto después del nacimiento". Y concluye: "En la actualidad hay una profunda oposición a los valores liberales".
Así, algunos de los comentarios que reproduce la defensa de la revista son "no creo haber oído jamás algo tan vil como lo que estas personas están defendiendo. De verdad que da miedo" o "tengo que decir que, personalmente, mataría a cualquiera que realice un aborto después del nacimiento, si tuviera la oportunidad. ¿Queda suficientemente claro?". El director asegura que los argumentos que defiende el artículo no son nuevos: "Ya se han presentado en varias ocaciones en foros y literatura por los filósofos y expertos en bioética más importantes, entre ellos Peter Singer, que defienden lo que ellos mismos llaman infanticidio".
E indica que la novedad de este artículo no es tanto la defensa del infanticio como la perpectiva desde la que se aplicaría: la de la madre y la familia. "La revista está abierta a respuestas razonadas y coherentes al aborto después del nacimiento". Y concluye: "En la actualidad hay una profunda oposición a los valores liberales".
El presente articulo es el mismo de un par de entradas mas abajo, lo ofrecemos solo para remarcar: "ESTAMOS A PUNTO DE RECIBIR LA FACTURA DE NUESTRA ESTUPIDEZ".
Articulo Tomado de Acontecer Cristiano
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