Porque la Palabra no debe ser una lapida.
Porque la presencia en nuestras vidas de un autoridad espiritual no debe infundir miedo, estrés o depresión.
Porque la Palabra da vida, no la quita.
Porque la Palabra Sana el corazón, no lo enferma.
Porque la Palabra confronta con la eternidad.
Porque la Palabra misma nos da linea para pesar los espíritus...
Porque la presencia en nuestras vidas de un autoridad espiritual no debe infundir miedo, estrés o depresión.
Porque la Palabra da vida, no la quita.
Porque la Palabra Sana el corazón, no lo enferma.
Porque la Palabra confronta con la eternidad.
Porque la Palabra misma nos da linea para pesar los espíritus...
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