viernes, 20 de abril de 2012

LAS CAPACIDADES HUMANAS VR. LA UNCIÓN DE DIOS

Él hombre se ha fijado un propósito que lo ha dominado y se esfuerza por alcanzarlo. Puede ser que en sus proyectos no haya nada de Dios o haya muy poco por contener tanto del hombre.
Hará discursos en defensa de su propósito ardiente que agraden, enternezcan o anonaden con la convicción de su importancia; y sin embargo, todo este entusiasmo puede ser impulsado por fines terrenales, empujado únicamente por fuerzas humanas; su altar hecho mundanamente y su fuego encendido por llamas profanas.
Se dice de un famoso predicador de mucho talento que construía la Escritura tan a su modo, que se "hizo muy elocuente sobre su propio exégesis".
Así los hombres se hacen excesivamente solícitos en sus propios planes o acciones.  Algunas veces el entusiasmo es egoísmo disimulado.
¿Qué es unción? Es lo indefinible que constituye una predicación. Es lo que distingue y separa la predicación de todos los discursos meramente humanos. Es lo divino en la predicación.
Hace la predicación severa para el que necesita rigor; destila como el rocío para los que necesitan ser confortados. Está bien descrita como una "espada de dos filos, templada por el cielo, que hace doble herida, una muerte al pecado, otra de vida al que lamenta su maldad; provoca y aplaca la lucha, trae conflicto y paz al corazón".

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