sábado, 9 de junio de 2012

EL MOVIMIENTO DE JESÚS


   El Movimiento de Jesús
                            (la  Gente de Jesús)
“¡Jesús te ama!”
“¡Maranatha!”
“¡Cristo vive!”

Esta forma de intercambiar saludos podría fácilmente atribuirse a un evangelista fundamentalista o a cualquier miembro de una organización religiosa local. Pero no es así; se trata de jóvenes ex drogadictos, que forman parte del movimiento de Jesús que se han extendido por todas partes.
No hay la menor duda. Uno de los acontecimientos religiosos por así decirlo más sorprendente del siglo xx es el que ejercen los convertidos de la Gente de Jesús.
Un ejemplo se puede ver en la revista Time. En 1966, en la portada había declarado muerto a Dios. Pero en 1971, en la portada de la misma revista, aparece Jesucristo.
O se puede estudiar desde otro punto de vista. A finales de la década de 1960, ¿Dónde se encontraban los jóvenes más extremados, los revolucionarios más violentos, los más difíciles para ganar para Cristo? Probablemente en San Francisco. Las revueltas estudiantiles, los Panteras Negras, las manifestaciones más estrafalarias en demandas juveniles. Haight-Ashbury, Timothy Leary, profeta del LSD y el escenario de los hippies, la violencia racial y las multitudes iracundas, se asociaban todos con San Francisco.
Pero no solo esto. Edward Plowman lo describe bien en su libro, El movimiento de Jesucristo: “El alcoholismo y el suicidio alcanzaban los porcentajes más altos de la nación. San Francisco albergaba también la mayor comunidad homosexual del mundo. La mayoría de los habitantes afirmaban no pertenecer a ninguna religión”.
Y que tampoco se nos olvide. En San Francisco, aproximadamente al mismo tiempo, Anton La Vey acababa de inaugurar la primera iglesia de Satanás.
No era el lugar donde se podría esperar que fuera el semillero de un resurgimiento del cristianismo a través del Movimiento de Jesús.
Pero allí estaba y demasiado grande para negarlo. Cuando los redactores de la revista Look enviaron a un equipo, constituido por un periodista y su mujer, fotógrafa, para que hicieran un reportaje sobre el tema de La Gente de Jesús, ambos se convirtieron  Cristo.
Y quizá lo más sorprendente es que el movimiento se ha desarrollado sin ningún predicador o evangelista dominante, sin cruzadas masivas o resultado de cultos religiosos. Los predicadores conocidos solo han sido observadores y no han intervenido para esto.
De hecho, nadie sabe bien dónde empezó el movimiento de Jesús. Quizá fue en 1966 cuando un drogadicto, que trabajaba con un fabricante de velas para barcos cerca de San Francisco, encontró una Biblia extraviada y empezó a leerla. Calmadamente decidió dedicar su vida a Jesucristo. Compartió su descubrimiento con amigos, y al cabo de un año abrieron un café en Haigth-Ashbury para hablar con la gente de la calle de Jesús y la Biblia. Durante los dos años siguientes, charlaron con treinta o cincuenta mil personas que a su vez comentaron con otras. Los nuevos convertidos pusieron otros cafés, periódicos sobre Jesús y comunidades cristianas en las ciudades de todo el norte y el sur de la costa occidental; después en todo el país. Aunque Ted Wise, el fabricante de velas para barcos, sólo es una de las muchas figuras clave del principio del movimiento de La Gente de Jesús, quizá sea el que haya influido más en su diseminación mundial.
Es igualmente sorprendente que un movimiento de tal envergadura y tan valioso en las manos de Dios, haya ido desapareciendo sin saber totalmente el verdadero motivo. Pudiera ser que todavía haya vestigios desperdigados por la faz de la tierra, esperando un renacer explosivo como lo fue en su tiempo o tal vez de más grande alcance. La Gente de Jesús vive sólo hay que encontrarlos. Las generaciones han pasado pero la semilla ha quedado y desea que se levante una nueva cosecha de “Locos por Jesús”.
Tal vez el análisis que hace Ronald M. Enroth, Edward E. Erickson y C. Breckinridge Peters, en su libro El Pueblo de Jesús, ayude a esclarecer un poco la debacle de este maravilloso movimiento.

Dice: “La mayoría de los que escriben sobre este tema suponen erróneamente que La Gente de Jesús presenta un frente unificado, de tal modo que de una parte del movimiento se puede   generalizar el conjunto. En realidad hay tanta variedad dentro del movimiento, que algunos elementos del mismo consideran que los otros no son cristianos. También hay un aislamiento sorprendente de los grupos, de tal forma que uno de ellos generalmente sabe muy poco acerca de los demás, especialmente si están geográficamente separados”.
Pero allí está la clave. El movimiento de Jesús incluye una gama tan amplia que es difícil precisarlo. En conjunto es un resurgimiento alentador; pero a las orillas del movimiento hay algunos aspectos angustiosos. Uno de los grupos derivados, que creció como la mala hierba (cizaña) a un paso tremendamente rápido, es el de Los Hijos de Dios, más adelante Los Niños de Dios o La Familia del Amor, grupo que fundó y encabezó David Berg, conocido como Moisés, o Mo.
Los Hijos de Dios empiezan a reunirse en comunas o colonias, allí viven y se les adoctrinan para que no abandonen su nuevo grupo y a ganar prosélitos.
Tal vez el testimonio más impactante de cómo viven los Niños de Dios, es el de Una McManus, en su libro “Ni con un millón de dólares”
Uno de los “conversos” de Los Hijos de Dios” fue Jeremy Spencer, vocalista-guitarrista y compositor del grupo británico de rock “Fleetwood Mac”.
La pregunta que se hicieron en su tiempo es si Los Hijos de Dios se pueden considerar legítimamente de La Gente de Jesús.
Por el fruto de su comportamiento mas bien sectario y herético la respuesta sería que no, que nunca lo fueron. Sólo se aprovecharon de la ola bendecida del movimiento de Jesús. “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros”. 1Jn 2:19.
Sirva de ejemplo y enseñanza que un movimiento respaldado por Dios, como lo fue La Gente de Jesús, siempre estará expuesto al deterioro como cualquier otro, al surgimiento de gente extraña que hará mucho daño tanto al pueblo de Dios como al inconverso enredándolo en sus enseñanzas falsas y peligrosas como lo son cualquier grupo sectario. Como los hay hasta en iglesias consideradas ortodoxas .

Bibliografía “Los nuevos cultos religiosos” / William J. Petersen / Edit. Diana
                       “Ni con un millón de dólares” / Una McManus / Edit Vida
                       “Las sectas y la juventud” / Ronald Enroth / Edit CLIE

Agradecemos a M. Oswald W. Kasst. El credito de este articulo le pertenece.

Dios te bendiga Oswald!

No hay comentarios:

Publicar un comentario