martes, 27 de agosto de 2013

EVALUANDO LA IDENTIDAD EN CRISTO (2)

"Voz de Jehová con potencia; Voz de Jehová con gloria" Salmo 29:4.


Los medios masivos de comunicación seculares apoyan abiertamente esto de «oír voces». Así, cierta noche el protagonista de una película muy popular oye una voz interior cuando está en su campo de maíz. ¡La voz es fuerte, directa y muy fantasmal! Este personaje se siente al principio un poco asustado por la voz, pero su curiosidad le alcanza para probar el consejo dado por la voz, lo cual desemboca en una grandiosa aventura que culmina cuando conoce al fantasma de su difunto padre, se reconcilia con él y salva del embargo al campo de la familia ¿Era esa película pura fantasía que entretiene, o será que el diablo promueve sutilmente a los pequeños guías espirituales «buenos» que resolverán todos nuestros problemas?
Mucha gente oye voces, como lo confirma un investigador de ese compuesto mente-cerebro de la Nueva Era. Sin embargo pocos quieren admitirlo salvo a sus amigos más íntimos. El presidente de una de estas organizaciones de la Nueva Era dijo que «se trata precisamente de una de esas cosas de las que no se habla; yo he conversado al respecto con gente del mundo de los negocios y la empresa, científicos, educadores, profesionales de elevada educación, concluyendo que esto de oír voces no sólo es bastante corriente sino que atesorado y solicitado».

Los propulsores de la Nueva Era, como el investigador antes citado, se esfuerzan por hacer que un fenómeno, antes considerado propio de la enfermedad mental, se revista de credibilidad. Los siquiatras
recetan medicamentos especiales a los esquizofrénicos y otros pacientes que confiesan oír voces. Un consejo frecuente que se dan los alcohólicos en recuperación es «no escuches al comité que tienes en tu cabeza». La gente comparte rara vez la procesión que les va por dentro debido a que temen que la gente piense que se están volviendo locos. Yo he aconsejado a cientos de personas perturbadas que escuchaban voces, todas de demonios. Las únicas excepciones son los casos legítimos del trastorno llamado de la personalidad múltiple. Usted tiene que saber que las voces interiores que no corresponden a la Palabra de Dios, son sugerencias de un demonio real que debe ser contrarrestado y echado con la verdad (1 Timoteo 4:1).
Libertad en Cristo.

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