sábado, 26 de noviembre de 2011

CUANDO EL ESPÍRITU VENCE AL INTELECTO

En diferentes sitios de la web, hay artículos excelentes en calidad y mensaje; y que ademas rompen los esquemas de "apantalladores sermones" de gente famosa y cotizados predicadores. En muchas (muchisimas) ocasiones basta con una cuartilla para encerrar una reflexión penetrante, con profundidad teológica y sin necesidad de hacer "llamarada de petate"(termino mexicano para ilustrar un escrito, actitud, pieza de oratoria, etc. en la que parece haber una respuesta enorme a lo antes dicho, pero que así como se enciende de rápido, con esa rapidez se extingue).


Las siguientes letras llenan el espíritu de desafió intelectual y espiritual. El crédito pertenece a "Avivamiento Genuino"



"En el pináculo de su fama, el catedrático de Medicina de la Universidad de Harvard fue afectado por una enfermedad extraña. Estaba con sus nervios trastornados. Tenía insomnio y profunda depresión; no conocía ningún remedio para sí mismo. Partió para Europa. ¿Encontraría remedio en Berlín? No lo encontró. ¿Y en Viena? Tampoco. El atractivo Paris nada le decía. La panacea no estaba allí. Se hallaba próximo al desespero. Visitó Londres, pero nada consiguió. Escocia tienen eminentes hijos en el campo de la Psiquiatría, pero tampoco halló bálsamo de Galaad allí. Vuelto a América, solamente bailaba por su cerebro la idea del suicidio. Por último le recomendaron un hombre de oración y grande fe. La curación por la fe era anatema para un filósofo y psicólogo distinguido como William James. Su mente perspicaz y su elevada cultura protestaban contra semejante recurso. Pero la necesidad no tiene ley. James fue allí. Un hombre de Dios sencillo y sin letras puso sus manos sobre la cabeza de William James y oró por él. Este escribía después: «Yo sentí una energía misteriosa haciendo vibrar mi cuerpo, seguido de un sentimiento de paz: supe que estaba curado.»
Curar los males que agitan a este mundo loco con el Abana de la ciencia y el Pharphar de la política  es más atractivo para las voluntades tercas de un mundo intelectual que el sencillo remedio de la cruz redentora de Cristo. Pero para que la Humanidad pueda ser curada tiene que humillarse como hizo William James, volviendo a la cruz de Jesús, que es la única fuente de vida.
 Reyes 5:12.

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