sábado, 26 de noviembre de 2011

EL DESAFÍO DEL DESAFÍO



El predicador que repite en sus sermones «arrepentíos, levantará contra si las iras de esta Edad, acabará por ser apaleado sin misericordia por una generación cuya moral desafía. Sólo hay un final para semejante hombre, el del Bautista: «Cortarle la cabeza.» Es mejor, pues, que no trates de predicar el arrepentimiento hasta que hayas asegurado tu cabeza en el Cielo.

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