domingo, 17 de junio de 2012

REFINEMOS LA PERSPECTIVA DE LA IGLESIA


No hay fin en esto de hacer libros. Pero hay pocos que tengan mensajes positivos, orientadores y edificantes. Tales libros son difíciles de escribir. Ellos demandan una mente creadora e imaginativa. Esos libros no mueren ante la crítica y la crucifixión. Ellos abren surcos para el pionero y explorador del reino de Dios. Uno de estos libros es según mi opinión, Refinemos la perspectiva de la iglesia, del doctor Gene A. Getz. Según el Nuevo Testamento, la iglesia de Jesucristo es una iglesia gloriosa. Cristo amó la iglesia y se entregó a sí mismo por ella. El la edifica. El se mueve en medio de los candeleros de oro. Esta es su iglesia y El se la presentará a sí mismo sin mancha o arruga. Sin embargo, la gloria de la iglesia no siempre se ha reflejado en las iglesias locales a través de la historia. Debemos admitir humildemente este trágico hecho. Como consecuencia de esto, muchas iglesias son criticadas, atacadas cruelmente, tristemente despreciadas, y muchos las rechazan como inoperantes, anticuadas o carentes de propósito. En algunos lugares los edificios de la iglesia no son más que monumentos históricos o incluso museos. Sin lugar a dudas el juicio del mundo es duro y a veces injusto. Pero, ¿es siempre sin razón? ¿Han sido fieles las iglesias a su llamamiento divino? ¿Han respondido fielmente al propósito que Dios tenía para ellas? ¿No debiéramos decir también a las iglesias: Vosotros corríais bien; quién os estorbó…? Esta es por lo tanto nuestra situación presente.

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