Las imágenes heroicas impregnan nuestra mente.
Los héroes, con espada en mano liberan a los pueblos.
Las heridas de la guerra se muestran con orgullo.
Las cicatrices quedaran como señal por siempre.
Esos momentos de lágrimas, dolor, soledad, angustia, enfermedad,
marcaran el futuro y la genética de los descendientes de un guerrero. De un
genuino guerrero.
Pero, ¿que esperamos? ¿Una batalla con sangre y mutilaciones? Basta
de la cultura pop en nuestro inconsciente.
Es tiempo de callar. De olvidarnos del tornado, del terremoto y del
viento que quiebra las rocas. Es tiempo del silvo apacible. De la lucha para
que El Poderoso conquiste nuestros apetitos, derechos, sueños, anhelos y egos.
Esa batalla, aunque derribados ante El Poderoso, no es derrota. Es la
Victoria de los siglos.
"...Trate de resistirte y de no hablar jamas en tu Nombre pero
no pude; me sedujiste. Fuiste mas fuerte que yo". Exclamaba el guerrero ignorado: Jeremías.
Esa paradójica derrota es la victoria que El ha buscado dar para ser
iniciado como un verdadero guerrero.
Esa derrota trae heridas. Y estas, con el tiempo serán cicatrices si
la lucha fue "una experiencia mas".
Pero serán señales si es la
batalla que anhelo tu alma y la que satisfizo a tu espíritu.
Las marcas son la evidencia de que una batalla es genuina. Y si la
batalla es genuina, el guerrero es genuino.
La evidencia de la batalla del legislador Moisés: Su tartamudez.
La evidencia de la lucha de Jacob: Quedo manco.
La evidencia de la guerra de Saulo: Quedo ciego.
Ninguno de ellos tenia cicatrices. Tenían señales de una batalla
peleada. Y en esa batalla peleada, sus egos fueron destruidos.
Basta de la mitología religiosa de "tomar una espada y cortarle
la cabeza al dragón". El guerrero genuino lo sabe: Jamas podrá cortar la
cabeza del dragón. Este ultimo esta en los planes escatologicos para el
cumplimiento de las profecias. Es mas, un simple mortal jamas podrá hacer tal
cosa. Y aun mas: el dragón no quedara sin cabeza, sino que sera lanzado al lago
que arde fuego y azufre.
Es en la intimidad. Es en la privacidad. Es donde nadie nos ve, donde
nadie sabe lo que pensamos, solo nosotros. Donde demostramos la genuina vida
del espíritu. La verdadera batalla al someter el ego ante el Soberano Rey.
Cuando cerramos la puerta. Cuando la motivación al cerrar la puerta no es
esperar recompensa en público, sino quebrar nuestro potencial ante El.
Es cuando la cultura pragmática, nos dice que "vivimos lo que
dice Su Palabra". Exaltando nuestra fuerza de voluntad para
"vencer" y minimizamos la vida del Espíritu. La dependencia al
Espíritu.
La comicidad corre por la red al auto llamarnos guerreros por el
hecho de ser diferentes, no en la forma de pensar sino en el género de música.
Nos ofenden: ofendemos. Nos discriminan: los discriminamos. Nos llaman libertinos: les llamamos
religiosos. Para algunos somos apostatas: pero para nosotros, ellos lo son. El
protagonista: El Ego: ego puro defendiéndose.
Urge la batalla para ser iniciado como un genuino guerrero. Urge
controlar el ego. Urge resistir nuestro deseo de contestar y la necesidad
imperante de doblar las rodillas.
464 amigos en esta red. Pronostico la lectura del presente por 3
personas. A muchos les gustara la foto y eso darán "me gusta". Pero
no saben lo que es un genuino guerrero. Los que nos conocen, los que nos han
escuchado, los que conocen nuestros frutos y no nuestros estados, nos buscaran
por bendición y nosotros a ellos.
¡Maranatha!
Dios nos ayude.
Tomas A. P.
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