viernes, 27 de mayo de 2011

Dr Jeckll y Mr Hyde



Un libro interesante y grato de lectura es el escrito por Robert Louis Stevenson, "EL EXTRAÑO CASO DEL DR. JEKLL Y MR. HYDE". La historia es relativamente conocida: Un científico que al probar cierta formula obtenía fuerza y era capaz de hacer cosas que le presentaban dilemas éticos en su reputacion y moral del dr. Jekll. En esta novela se aplica un hermenéutica literaria, esta es una interpretación:
La moral victoriana es un fenómeno sociológico que está correlacionado con la prosperidad material de la burguesía durante aquel tiempo y que provocó que los valores éticos de este grupo social se convirtiesen en la única escala de valores aceptable socialmente: el autoritarismo patriarcal en la familia; la condena hipócrita de cualquier hecho relacionada con el sexo; la gazmoñería en las costumbres; la huida de cualquier referencia a lo desagradable de la vida y en general la defensa del orden establecido basándose en un respeto falso eran las claves de aquella vida social que se resistió duramente a aceptar cualquier tipo de cambio o innovación que alterase alguno de aquellos valores. 





  • La figura de personalidades de inmaculada ética por el dia y de vida desordenada por las noches. 
  • El Conflicto interno del ser humano en la eterna lucha del bien y el mal.
  • La respetabilidad externa y la lujuria interna.
  • Algunos hablan de la necesidad moral del autor de separar el pecado de la propia moral.
  •  La división y la competencia de la política con la iglesia. En fin, es mejor darle una "ojeada u una hojeada."


Pero si de algo estamos de acuerdo, es la metáfora espiritual que el autor maneja: Dentro de cada ser humano existe una naturaleza caída, Al tener un nacimiento espiritual se le otorga una segunda naturaleza, la naturaleza divina.  La cual debe cuidarse y cultivarse, porque la naturaleza caída, en cualquier momento de descuido espiritual, es capaz de dominar a la persona al punto de cometer acciones reprobadas no solo desde la perspectiva espiritual, sino moral y aun del sentido común. De allí que, estamos convencidos que cualquier acción moral corrompida, puede ser cometida por cualquier humano en este planeta. Esa es una naturaleza caída, la que lleva a la satisfacción de los sentidos y los alimenta de sensualidad y plenitud (aunque temporal y de resultados funestos).

Nuestra recomendación: cuidar la vida del Espíritu (quien la tenga) o procurar el nacimiento del espíritu, requisito indispensable para ver a Dios. 


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