Víctimas de la delincuencia de sus padres
Necesario proteger a niños de padres involucrados en el narco
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Necesario proteger a niños de padres involucrados en el narco
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El niño Carlos Iván Rodríguez Santiago de once años de edad empezó a deprimirse, cuando su padre Arcadio Rodríguez, de 32 años fue detenido, en un operativo efectuado por militares en San Andrés Huayapam y La Esmeralda, Oaxaca, donde fueron detenidas otras 10 personas.
Desde ese momento, Carlos Iván comenzó a deprimirse, y al no recibir la atención psicológica adecuada, sufrió un trastorno emocional que lo llevó a colgarse para terminar con su corta vida, luego de haber colgado también a los muñecos con los que jugaba.
Luego del suicidio del menor Carlos Iván Rodríguez, quien terminó con su vida luego de la detención de su padre por delitos de narcotráfico, el Centro de Apoyo a los Niños de la Calle de Oaxaca (CANICA) indicó que se deben instrumentar políticas de protección y apoyo psicológico para los hijos de los detenidos, para evitar que la descomposición de su familia los orille a una depresión, que los obligue a cometer actos de desesperación como éste.
En entrevista, María del Carmen Espinosa Torres, directora de Canica, indicó que el caso del suicidio del menor, de tan sólo 11 años de edad, enciende los focos rojos y obliga a los sectores sociales y al gobierno a iniciar una reflexión sobre las políticas relacionadas con la descomposición social que se vive y que afecta al núcleo familiar.
Señaló que en la Convención Internacional de los Derechos de los Niños Niñas y Adolescentes, se dice que se deben de proteger a cada uno de los menores, por lo que ante este caso, que calificó como "muy fuerte y extremo", pues el niño tuvo un trastorno depresivo en el tema afectivo-emocional, queda demostrado que existen muchos factores de riesgo que vulneran los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
Por ello, estimó que el caso es un ejemplo que nos debe hacer reflexionar, pues el estado tendría que supervisar lo que sucede con el estado psicológico y emocional-afectivo de un niño; enfatizó que en los estatutos de dicha convención en primer lugar está el interés superior del niño, por lo que consideró como una obligación para el estado el que en casos específicos como éste se le dé una protección especial a los menores, así como brindarles apoyo psicológico, pues con una detención se altera de forma agresiva su entorno familiar.
Se refirió al caso específico de Carlos Iván Rodríguez, el menor que murió colgado, quien ni siquiera vivía con su madre biológica sino con su madrastra, por lo que subrayó que la muerte del menor se debió a que no se le brindó la atención necesaria, lo que lo orilló a un trastorno depresivo, que finalmente terminó por orillarlo a atentar contra el primer derecho fundamental que es el derecho a la vida.
Por este motivo reiteró que es necesaria una profunda reflexión al respecto, pues son las instituciones las que tienen la obligación de instrumentar políticas de prevención más sensibles que estén enfocadas en salvaguardar los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
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