Un poema de A.B. Simpson
Antes era la bendición, ahora es el Señor.
Antes era lo que yo sentía, ahora es la Palabra.
Antes yo quería los dones; ahora al Dador.
Antes yo quería la sanidad; ahora me basta el propio Jesús.
Antes era el esfuerzo penoso; ahora, la confianza perfecta.
Antes era una salvación incompleta; ahora es la perfección.
Antes me aseguraba en Él; ahora Él me asegura firmemente.
Antes estaba siempre a la deriva; ahora mi ancla está firme.
Antes era un planear incesante; ahora es la oración de la fe.
Antes era una preocupación constante; ahora Él cuida de todo.
Antes era lo que yo quería; ahora es lo que Jesús dice.
Antes era una petición constante; ahora, adoración incesante.
Antes era yo el que trabajaba; ahora Él actúa por mí.
Antes yo intentaba usarlo; ahora es Él quien me usa.
Antes quería el poder; ahora tengo al Todo-Poderoso.
Antes trabajaba por vanidad; ahora, tan solo para Él.
Antes tenía esperanza de conocer a Jesús; ahora sé que Él es mío.
Antes mi luz era intermitente; ahora brilla intensamente.
Antes esperaba la muerte; ahora ansío por Su regreso.
Y mis esperanzas están afirmadas en el cielo.
Antes era la bendición, ahora es el Señor.
Antes era lo que yo sentía, ahora es la Palabra.
Antes yo quería los dones; ahora al Dador.
Antes yo quería la sanidad; ahora me basta el propio Jesús.
Antes era el esfuerzo penoso; ahora, la confianza perfecta.
Antes era una salvación incompleta; ahora es la perfección.
Antes me aseguraba en Él; ahora Él me asegura firmemente.
Antes estaba siempre a la deriva; ahora mi ancla está firme.
Antes era un planear incesante; ahora es la oración de la fe.
Antes era una preocupación constante; ahora Él cuida de todo.
Antes era lo que yo quería; ahora es lo que Jesús dice.
Antes era una petición constante; ahora, adoración incesante.
Antes era yo el que trabajaba; ahora Él actúa por mí.
Antes yo intentaba usarlo; ahora es Él quien me usa.
Antes quería el poder; ahora tengo al Todo-Poderoso.
Antes trabajaba por vanidad; ahora, tan solo para Él.
Antes tenía esperanza de conocer a Jesús; ahora sé que Él es mío.
Antes mi luz era intermitente; ahora brilla intensamente.
Antes esperaba la muerte; ahora ansío por Su regreso.
Y mis esperanzas están afirmadas en el cielo.
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