miércoles, 12 de septiembre de 2012

LA COMODIDAD NOS HA DAÑADO


Me preocupa nuestra vida espiritual. Y que conste que no solo la de la gente que conozco, también la que no conozco y que asegura mantener una relación personal con Jesucristo. Y no es que quiera meterme en lo que no me importa, pero, la iglesia es lo que mas ama Dios. Por ella dio su sangre el Unigénito.
Los días que nos toco vivir son paradójicos. Hay “mucho” cristianismo, pero el nivel de vida espiritual es terriblemente bajo. 
Me explico:
·        Como nunca antes, tenemos iglesias cristianas.
·        Librerías cristianas.
·        Películas cristianas en cine, televisión, internet, etc.
·        Un iglecrecimiento histórico. Los sociólogos estudian este fenómeno y documentan que en Latinoamérica, por cada niño nacido, tres se convierten al cristianismo.
·        Centenares de congresos al año. Por lo menos en México.
Dentro de una lógica elemental, esto debería indicar que estamos “mega” preparados para la venida de Cristo. Pero la comodidad nos ha dañado y lejos de estar preparados, vivimos una vida sumamente “light”. Por ejemplo, en los Estados Unidos las mega congregaciones cuentan con todas las comodidades conocidas: Aire acondicionado, amplio estacionamiento, circuito cerrado, bancas acolchonadas, excelencia musical, cantantes de conservatorio, acústica profesional en el auditorio, vigilancia, cafetería, salones de usos múltiples, transporte hasta la puerta de su hogar, etc. pero… no hay profundidad de vida espiritual: No se lee la biblia, no se evangeliza, pocos bautizados en el Espíritu Santo. Y si el individuo no quiere buscar a Dios, ¿de que le vale asistir a una congregación?
Quien escribe, recuerda aquellos creyentes que caminaban horas para llegar a una congregación en algún punto olvidado de la sierra, su poder espiritual en la oración, milagros, expulsión de demonios era, literalmente incuestionable. Quienes pastoreaban, eran llamados de entre las bancas propias, no tenían en su conocimiento la teología, hermenéutica, sociología, la psicología, antropología, comunicaciones, etc. pero Dios allí estaba con ellos.
El administrador de este sencillo blog, recuerda cuando con una simple guitarra de madera hecha en Paracho, adorando al Rey, la gente se acercaba sorprendida por las “voces” de centenas que cantaban, cuando solo éramos 4 personas adultas y 3 niños.
Los creyentes atravesaban montes para llegar a un poblado a predicar. Las personas que no sabían leer, tenían su biblia, con los textos que hablaban de salvación subrayados, para que de esta forma  la gente no salva los leyera. La gente se convertía.
 Hoy día se sabe de pastores que necesitan una camioneta 4x4 porque si no es así, no lo hacen, el uso del GPS y de los celulares, de la comida en los mejores restaurantes.
Los bautismos eran en intemperie y en clima en extremo frio, pero los creyentes, anhelaban confesar públicamente su compromiso con el Rey.  En fin…
La comodidad nos ha hecho daño. La comodidad ha truncado nuestro crecimiento espiritual. La comodidad, es un caballo de Troya que penetro las murallas del campamento, los vigías, durmieron. El enemigo nos dio lo que nos gusta. Cedimos. Nos venció. Pero es tiempo de despertar.
Durante años, creí que no era tan literal lo que la Revelación anuncia para el momento del Arrebatamiento: Dos estarán en determinado lugar, uno será tomado y el otro dejado…  Recuerdo también la parábola de las 10 vírgenes. Todas durmieron, algunas tenían aceite de reserva. Las que prefirieron la comodidad del descanso, de no prever aceite. Quedaron fuera.

La comodidad nos ha hecho daño…
 El caballo de Troya volvió a ganar.
El atalaya dejo su puesto.
La torre, esta en ruinas.
El vigía durmió y el que no durmió fue sobornado…
En dolor, sed y hambre por Su Presencia…

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